Nos obcecamos en buscar ese frasco que contenga nuestra esencia, que guarde el tesoro del sabor de lo nuestro. El tarro que proteja, cual guardián, esa huella impresa en nuestro ADN. Lo buscamos en el Moncayo, registramos los pueblos, revisamos banderas, desmenuzamos la patria, pusimos patas arriba el Monasterio de Rueda, el de Piedra y...