Atención señores comensales; esto es una llamada a la acción.
¡Ma gavte la nata! Es decir ¡Quítate el tapón del…! El corazón late hondo hermano. Es una llamada a la acción.
¡Danzad, danzad malditos! Hasta que dure el aliento. Gritad si es necesario, llorad si hay que llorar. Hasta quemar la suela de los zapatos.
Que todo es ritmo señores. Ritmo supremo. Amor supremo. Inexorable, eterno, indescifrable… Pero ritmo al fin y al cabo. Que nos une y corre por nuestras venas. “Venas que no terminan en mí, sino en la sangre unánime de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poesía de todos” decía Roque Dalton. La poesía de todos. Hasta que dure el aliento.
Recuerda que esto es una llamada a la acción. Revolución como estado del alma. Como tono, como mirada, como actitud existencial. Puede ser dulce y silenciosa. Incluso apenas hacerse notar. Como un susurro lento en la oreja. Que incita, que seduce.
Mas allá de la apariencia, luchando por la Belleza. Forjando la Libertad. Hasta que dure el aliento.
¡Danzad! ¡Maldita sea! Que no hay ni pena ni gloria. Solo ritmo y camino. Propósito y voluntad.
¡Sean todos bienvenidos!
¡Buen provecho!
Texto aparecido en el Menú de Hoy de Diciembre de 2016.